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- Sábado 14 de Febrero
¡Hola a todos! Os traigo noticias frescas de la Pastoral. Ayer, 14 de febrero, día de San Valentín, amaneció con un sol placentero, después de semanas de frío y lluvia, ideal para que un grupo de la Pastoral, pequeño en número pero grande en corazón, marcháramos a la barriada de El Tinte para hacer un campamento urbano durante toda la mañana. Los miembros del grupo eran Leonardo, director incansable de la Pastoral de Utrera como ya sabéis, Carmelo, teólogo revelación este año, Mariam, Manolo Colchón y Jose Manuel Chávez, jóvenes animadores entusiastas y comprometidos, y una servidora, profesora del Centro y colaboradora en lo que puede de la Pastoral. Primero, hicimos una pequeña expedición, tal como hubiera hecho Juan Bosco por las calles de Turín, para comunicar a los niños con los que tropezábamos que íbamos a hacer talleres y para animarlos a participar. No hizo falta insistir porque Los Salesianos ya son archiconocidos por estos lugares a raíz de la labor tan importante que lleva haciendo La Pastoral de Utrera durante muchos años con los campamentos de verano y en el oratorio del colegio. Luego, nos colocamos en una plazoleta donde un trozo de parquecillo se convirtió en campo de fútbol y un banco de piedra en mesa de talleres y lugar de encuentro donde jugar, charlar y acompañar a los chavales. La chiquillería se asomaba tímida, curiosa, a cuenta gotas en un principio pero poco a poco se fue haciendo más numerosa y ganando terreno hasta sentirse a gustísimo con nosotros: unos optaron por jugar al fútbol y otros por hacer divertidos broches de fieltro y pulseras de bolitas al mismo tiempo que charlaban y se sentían escuchados por salesianos y animadores. Hay que resaltar cómo acudieron muchachos, ya adolescentes tardíos, que en su día entraron en contacto con la Pastoral siendo niños, y que la vida no les ha llevado a veces por caminos fáciles, para hablar con don Leo y contarle sus experiencias. Las horas transcurrieron rápidas, señal de que estábamos disfrutando, y llegado el momentos de marcharnos, animamos a los chavales para que asistieran los sábados por la mañana al oratorio del colegio donde realizaríamos actividades semejantes, a lo que muchos respondieron entusiastas que sí, que acudirían. Nos marchamos muy satisfechos de la labor realizada. Con cada paso que damos en la Pastoral fortalecemos los pilares de razón, religión y amor sobre los que se sustenta la pedagogía de Don Bosco y la mantenemos viva. Gracias Don leo por ser continuador de esta labor y enseñarnos cómo podemos participar y formarnos a la vez en ella.
(by Pepi Troncoso)
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